Dà Hán (大寒) — El gran Frío: Último aliento del invierno
Este nodo estacional señala el punto culminante del invierno en el hemisferio norte. La energía yin —asociada con el frío, la oscuridad y la contracción— sigue predominando, pero con la llegada de este período también comienza, de manera imperceptible, el despertar del yang, esa energía cálida y activa que dará lugar a la primavera.
Como afirma el Huang Di Nei Jing:
“Cuando el yin alcanza su extremo, el yang nace. Cuando el yang alcanza su cumbre, el yin lo reemplaza.”
(Su Wen, capítulo 5)
El Frío Mayor es, por tanto, un momento de cierre y al mismo tiempo de preparación. Una etapa de quietud y recogimiento que anuncia la transición inminente hacia un nuevo ciclo vital.
Las 72 manifestaciones: el pulso oculto del tiempo
El almanaque solar chino, además de dividir el año en 24 nodos estacionales, subdivide cada uno en tres períodos de cinco días conocidos como las 72 manifestaciones (物候 wùhòu), que describen fenómenos naturales y comportamientos estacionales.
Durante el Frío Mayor, estas tres manifestaciones son:
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鸡始乳 (Jī shǐ rǔ) – “Las gallinas comienzan a criar”.
En este tiempo, las aves domésticas anticipan la llegada de la primavera. En el folclore occidental, comportamientos extraños en las gallinas eran vistos como presagios negativos, pero en China, su actividad es señal de que la vida empieza a moverse de nuevo bajo la superficie del hielo. -
征鸟厉疾 (Zhēng niǎo lì jí) – “Las aves de presa actúan con rapidez y fiereza”.
La naturaleza conserva su fuerza activa. Las aves rapaces, con su vuelo decidido, representan el poder latente que aún habita en el paisaje invernal. -
水泽腹坚 (Shuǐ zé fù jiān) – “Los ríos y lagos se congelan por dentro”.
No solo las superficies, sino las profundidades del agua se solidifican. Es el punto más frío del año, donde el mundo parece detenido, pero en su interior ya comienza a gestarse el cambio.
Contrapunto en el hemisferio sur
En regiones del hemisferio sur, como Australia, el calendario solar marca el duodécimo nodo estacional del verano: Dà Shǔ (大暑), el Gran Calor. Aunque las noches empiezan a alargarse, las temperaturas más altas aún están por llegar. Aquí, la energía yang se manifiesta con fuerza, y el yin, aunque incipiente, todavía no toma protagonismo.
Costumbres culturales: preparación para el nuevo ciclo
En China, este período marca los días previos a la Fiesta de la Primavera y el Año Nuevo Lunar, cuya víspera suele caer entre el 3 y el 5 de febrero, coincidiendo con el siguiente término solar, Lìchūn (立春), el comienzo oficial de la primavera.
Tradicionalmente, este mes era conocido como el “Mes de la Conservación”, una época para elaborar encurtidos, preparar conservas y almacenar provisiones en vistas a la celebración y el nuevo ciclo agrícola. Aunque en el calendario actual los meses se numeran, en la antigüedad cada mes lunar tenía un nombre simbólico, y el duodécimo representaba el cierre y la preservación.
Entre las costumbres alimentarias destacadas se encuentran:
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El pastel disipador del frío (散寒糕), una preparación de arroz glutinoso y azúcar, consumido en Pekín durante esta estación. La dulzura del pastel se cree que ayuda a calentar el cuerpo y simboliza, por su nombre homófono, el ascenso en el nuevo año.
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Los rollitos de primavera fritos, especialmente típicos de la provincia de Anhui. Aunque se asocian con la primavera, su preparación y consumo comienzan precisamente durante el Frío Mayor, en anticipación del cambio de estación.
Cada término solar está asociado a un órgano en la Medicina Tradicional China. En el caso del Frío Mayor, el órgano dominante es el hígado, responsable del libre flujo del qi y del almacenamiento de la sangre. La dieta durante este período busca nutrir y fortalecer este órgano vital, mediante alimentos cálidos y nutritivos como sopas de cordero, jengibre, dátiles y otros ingredientes tonificantes.
Jardinería estacional: preparación silenciosa
En el hemisferio norte, el final de enero puede traer consigo heladas fuertes. Para el jardinero, este período es tanto un desafío como una oportunidad.
En días claros, la escarcha decora los campos con belleza efímera, pero también puede dañar cultivos desprotegidos. Si las condiciones climáticas lo permiten, es posible comenzar a plantar cultivos resistentes al frío, o preparar los semilleros para la primavera.
Las tareas típicas de este tiempo incluyen:
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Mejorar la estructura del suelo con estiércol y compost.
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Evitar trabajar la tierra cuando está encharcada.
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Planificar el huerto del año siguiente.
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Revisar los almacenes de semillas y realizar rotaciones de cultivos.
El folclore británico ofrece una advertencia curiosa:
“Un enero suave anuncia un febrero cruel y una primavera incierta.”
Así, incluso en tradiciones alejadas geográficamente, se reconoce la conexión entre los ritmos estacionales y la planificación agrícola.
El almanaque solar: guía de armonía vital
Los 24 términos solares no se limitan a marcar estaciones para la siembra y la cosecha. Se trata de un sistema cosmológico completo, que influye en la medicina, la alimentación, la actividad física y la vida espiritual.
El conocimiento tradicional distingue tres formas principales de identificar las estaciones:
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Movimiento solar astronómico, a través de la posición del sol en la eclíptica.
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Fenología, que observa los cambios en plantas, animales y paisajes.
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Experiencia climática directa, basada en la sabiduría acumulada de generaciones.
Este calendario, aún vigente en muchas prácticas culturales, médicas y agrícolas, nos recuerda que la naturaleza no se rige por fechas fijas, sino por un ritmo profundo, cíclico y vivo.
Como se expresa en el pensamiento clásico:
“El sabio no espera que la enfermedad llegue, sino que la previene; no espera el caos, sino que cultiva la armonía.”
(Nei Jing, Su Wen)
Conclusión
Dà Hán es el punto final de un ciclo, pero también el umbral hacia un nuevo comienzo. En su frialdad más intensa, la vida se concentra, se recoge y prepara la fuerza necesaria para renacer.
Observar este término solar es un acto de conciencia: nos invita a alinear nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro entorno con los ritmos naturales, y a recordar que incluso en la aparente inmovilidad del invierno, la primavera ya se insinúa.